Según aprendí en una clase sobre Hegel… que describir lo que estás recordando es volver a vivir. Porque él estando en el punto “b”, hablaba de su camino ahí desde el punto “a”. En tal caso si recordar es volver a vivir, hace poco, justo unos minutos he vuelto a vivir una inmensidad de cosas.
La historia por algo apasiona a la gente. Cuando se narra un recuento de los hechos que alguna vez fueron crónicas frescas, siempre debe ser conmovedor. Como lo fue mi salto al pasado. Y como lo es en esa máquina del tiempo que todos tenemos como bien plantea Wells.
Entonces mi máquina del tiempo neuronal la verdad está dañada. Necesitaba un estímulo que la hiciera lograr el viaje. Ese fue la bandeja de mensajes leídos de mi correo electrónico. Antes, supongo hubieran sido un montón de cartas de papel escritas a mano, guardadas en una caja de zapatos que en algún momento de mi vida tuve que quitar de las profundidades del closet porque quería hacer espacio o simplemente limpiar.
Que por supuesto el olor a papel viejo y tinta añejada hubiera sido mucho más estimulante que una serie de datos representados en una fría y moderna pantalla. Pero bueno, no hay de otra, la tecnología posibilita muchas cosas pero en el camino le quita el romanticismo a los recuerdos. Le quito el objeto pues, lo material. Ni modo.
Total que leí algunos de los correos que recibí de un par de personas que aprecio. Un par ya no están en mi vida y hace mucho no sé nada sobre su presente y ya algo de pasado acumulado. De otra más muy de vez en cuando me entero en qué anda.
La que me intrigo fue esa persona que a veces puedo ver. De la que muchas veces olvido su pasado y en otras tantas no sé nada respecto a su presente. Me intrigó saber esto de esa persona.
Que a pesar de que la veo seguido a veces no la reconozco. No platico con ella mucho y menos le pregunto ¿cómo estás?
Esa persona es rara. A veces se me olvida dónde la conocí o de qué hemos hablado. A veces lo que me ha contado de su vida se me esfuma de la cabeza. Y otras tantas recuerdo como si fuera ayer algún dato que creía perdido en el abismo de la memoria. Me da gusto cuando pasa. Pero no siempre es un buen recuerdo rescatado. Muchas veces me atormenta contándome que no era así como imaginaba el futuro.
Porque es algo curioso, esa persona muchas veces se la pasa pensando en lo que está por venir. Sin mucho considerar lo que ya llegó y se fue. Y menos casi siempre sin darse cuenta de quién es ahora. Esa persona que me hace enojar y me hace reír y llorar. Esa persona que ha muerto y recuerdo de vez en cuando con el corazón oprimido. Pero que siempre me deja una sutil sonrisa en el rostro porque sé que si no hubiera muerto hoy yo no sería quien soy.
Esa persona soy.
No hay comentarios:
Publicar un comentario