7 jun 2010

Yendo en el pesero

Cada que hablo de consultar algo con mi terapeuta me siento más moderno y a la vez más viejo.

No sé si soy yo o algo hay en el aire pero muchos comunicólogos terminamos yendo al psicólogo. Y los que no lo hacen deberían. Y tal vez es un lujo moderno, muy de la invisible clase media. Como aquello del estres. Pero mientras lo descubro sigo yendo.

La verdad, últimamente he descubierto que un buen libro es más efectivo que un buen psicólogo. Sobre todo cuando el libro lo escribió ya sea un psicólogo o un psiquiatra. Bueno no en todos los casos, porque los de autoayuda sí me dan mucha hueva.

Menciono lo anterior porque, resulta que a mi terapeuta (y lo posesivo no me lo ha quitado) la iban a operar. Por lo que ya no la he ido a ver. Así que me puse a leer más de lo acostumbrado. Porque pensar ya es moneda corriente.

...

Los tres puntos anteriores indican que tuve que interrumpir el blog. Y esto indica que ya no recuerdo nada de a lo que quería llegar cuando empecé.

Pero leyendo, me doy cuenta de que las personas poseemos a las personas. Todos hablamos de mi novia, mi novia, mi mamá, mi papá, mi hermano...
No sé si cuando hablamos la mayoría nos demos cuenta de en realidad qué implica lo que decimos. Hay poca gente elocuente, los envidio.

Será cosa de lo que la propiedad privada le trajo a nuestra lengua. Será que la lengua se va adecuando a la forma de organización política, económica y social.

Será que la costumbre es mala porque nos pierde mucho en tradiciones que luego no entendemos.

Por fin puedo detenerme a captar la idea de decir tuve novia. No la tuve hasta donde ahora sé. Siempre fue libre. Lo que sí tuve fueron celos porque a pesar de que decía que era mia, mi novia, sabía que no lo era.

Ahora entiendo que hablaba tan rápido, que los celos eran tontos y resultado de una frustración. La que venía de la disonancia del tenerla.

Supongo que uno tampoco tiene hijos, los hace. Porque ni esos son nuestros por mucho que le pongamos nuestros nombres.

Tal vez la tecnología que nos hace tener que ser más breves y además hablar más rápido no nos da tiempo para pensar bien lo que en realidad queremos decir. Chance ya ni sabemos lo que queremos decir.

Porque sé que no se pueden tener personas. O de menos creo que no se puede de una forma tan sencilla que se exprese mediante el verbo tener.

Porque la esclavitud según esto se acabó. Bueno creo que no, sólo se modernizó. Pero si hasta en las relaciones de pareja cuando sabemos que no tenemos hacemos berrinche, entonces andamos algo errados en nuestra forma de hablar.

Ya creo que a partir de ahí soy más libre.

Lo que me preocupa que ya hasta me da vergüenza vivir diario cuando ando de metiche, es oir la manera de expresarse de la mayoría de la gente más joven que yo.

Nombre... en el pesero iba parando oreja al meritito chisme melodramático. Entendí más o menos el embrollo porque no puedo negar la cruz de mi parroquia. Yo también hablaba así.

Pero el diálogo fue más o menos así:

1. -No mames wey. Ando bien bajoneado.
2. -¿por?
3. -Ps la pinche Luz we.
4. -¿se fue?
5. -Sí wey, se paso de lanza. anda haciendo chingaderas con un cabrón. Y lo culero es que el wey con el que se fue a hacer sus mamadas, chale ps yo siempre me vi bien buen pedo con él.
6. -Chale
7. -Sí wey. La neta me siento bien de la verga. Porque sí la quería un resto. Y así paga la culera wey.
8. -Ps así son las viejas wey. Cuando uno anda más clavado se portan bien ojetes.
9. -Sí cabrón. Pero cabrón eh. Yo creo por eso ya me va a valer madre lo que le pase, no voy a andar ahí de puto viendo qué pedo. neta que se joda yo ya mejor me aplico a mis cosas.
10. -Sí, mejor. Aqui nos bajamos wey tócale.
11. -¡Ah! sí.

Por mi experiencia en ese tipo de dialecto. Muy metafórico. Puedo da runa traducción aproximada.

1. No es muy preciso pero el “no mames” podría según yo usarse como una frase introductoria para abrir el tema, siendo posiblemente sustituida por un ¿Qué crees? La otra parte, lo de “bajoneado” es más sencilla, alude a un estado anímico muy decaído. Como si fuéramos pilas que se descargan. Esa es buena
2. ¿por? Es obvia.
3. La pinche Luz es una expresión natural. Como ya todos sabemos es un adjetivo dedicado a la persona miserable. Muy mexicano el asunto. El “we” bien puede ser una abstracción de buey. Nombre común genérico a cualquier macho, que cuyo uso creo, radica en un señalamiento de identidad. Como para decir que todos somos iguales, nos decimos buey. Esta contracción era usada nada más por hombres cuando iba en la secundaria, pero ahora la he escuchado mucho en mujeres.
4. Esta pregunta yo la entendí como un intento de chiste. Refiriéndose a la típica frase de “se fue la luz”. Por aquella coincidencia de que la mencionada dama lleva por nombre Luz. Nada que ver con la energía eléctrica, que es la que se va en los “apagones”.
5. Aquí dice: Sí (nombre genérico) se pasó de gandaya, de cruel, de desconsiderada, ingrata. Cualquiera podría quedar. En la parte de que andaba haciendo chingaderas podemos recurrir al “chingonario”. El término cabrón hace referencia a un hombre que ya no es el típico “we”. Porque su consideración a la camaradería se vio claramente rota cuando accedió a dama en cuestión. Una cosa muy de posesivos, tradición cultural y religiosa que dice que respetarás a la mujer de tu prójimo y esas cosas, es decir rompió “el cabrón” aquella máxima. Cuando dice “lo culero”, podría haber querido decir que lo más feo del asunto, lo cruel, lo insoportable, lo más desdeñable. Lo de las “mamadas” lo podemos tomar literal o bien como alusión a una serie de actos desaprobados por el joven narrador. Que se sintió herido por las acciones de la chica. Buen pedo quiere decir amable. Cordial o considerado hacia su persona.
6. Chale… una expresión común, muy genérica que en este caso demuestra empatía y sorpresa. Pero también desapruebo.
7. Aquí lo importante es resaltar que sentirse de la verga, entre hombres es sentirse muy mal. Esta composición es algo complicada porque puede tomarse por albur. Siendo la verga el eufemismo favorito de pene. Y lo otro es “culera”. Puede ser el caso, pero no necesariamente se refiere a que la mujer tenga prominentes nalgas dignas de apreciar y de tal observación. Aquí la intención es describirla como desconsiderada. Como una persona mala.
8. Aquí la única aclaración es “clavado”. Ciertamente obvio, cuando uno está muy obsesionado con una persona. Cuando estás hincando el diente en tal menester a un grado excesivo y por lo general perjudicial. Corriendo el riesgo de no ser correspondido. Porque estar clavado no es lo mismo que estar enamorado.
9. Lo notable es la doble significación de la palabra cabrón. Bien es la que designa a una persona muy “chingona”. Muy capaz. Pero también muy cruel y desconsiderada. Y además da una idea de medición de la intensidad de algo. Cuando algo, lo que sea, es muy intenso, está en un nivel de complejidad elevado, es muy fuerte o en abundancia, se dice cabrón. Que puede sustituirse según veo por “un chingo”. Lo demás quiere decir que le va a importar poco. Lo de que no va a “andar de puto viendo qué pedo”, quiere decir que no se va a quebrar ante ella, que no la va a ir a buscar. Que no va a inmiscuirse en la relación que tenga con el otro individuo porque claramente aclaró que ya no le va a importar. Y termina sentenciando que la chica se joda pues, que se amuele, que le vaya mal. Que a fin de cuentas él se va a dedicar a sus asuntos. Este último diálogo entero puede tener varias opciones de interpretación. Pero yo así la entendí, cada quién bien podría entender los detalles como quiera.

En fin. Al parecer el tipo andaba herido por una infidelidad de la que creía suya, su mujer, su amada. Y le dieron celos de que ella se fuera con alguien que en realidad pensó que se portaría como caballero tradicional, al cual respetaba. Y ahí también radia el lenguaje y su consecuencia en la percepción que tenemos de las relaciones y de las personas.

Mala historia muy típica. Y lo gracioso está en la manera de contarla. No cabe duda de que somos más libres cuando somos más elocuentes. Y que también las relaciones de pareja están sobrevaluadas. Citando a un maestro… No hay moral.

No hay comentarios:

Publicar un comentario